Una vez más tenemos que presenciar la eliminación de Colombia de una nueva edición de la Copa Mundial de Fútbol. Nos ilusionaron durante toda la eliminatoria con jugadores exitosos y técnicos ganadores, generando una esperanza más irracional que futbolística haciendo siempre cálculos matemáticos que no sirven de nada cuando no hay fútbol que los respalde. El equipo simplemente nunca funcionó; los pocos triunfos siempre estaban acompañados de anotaciones agónicas que mentían sobre una selección que no logró establecerse como equipo, aprovechando el talento de la mayoría de sus jugadores. En otras ocasiones vimos triste y curiosamente cómo se atacaba durante todo el partido, pero perdíamos. Los errores fueron repetitivos y simplemente parecía que los jugadores no se sentían cómodos vistiendo el tricolor nacional.
A pesar de todos estos golpes, seguimos creyendo en un futuro mejor para nuestro fútbol y en responsabilidad de jugadores, cuerpo técnico y directivos para lograr lo que todos queremos, ir de nuevo a un mundial. Por ahora le haremos fuerza a la selección sub-17, en el mundial que se celebrará en noviembre.
A pesar de todos estos golpes, seguimos creyendo en un futuro mejor para nuestro fútbol y en responsabilidad de jugadores, cuerpo técnico y directivos para lograr lo que todos queremos, ir de nuevo a un mundial. Por ahora le haremos fuerza a la selección sub-17, en el mundial que se celebrará en noviembre.
